sábado, 12 de febrero de 2011

Yo soy Alvin, el batero.

Mi tío Daniel tiene dos hijas, Paula y Gabriela. Ellas vivieron en Montevideo hasta su temprana adolescencia. En el año 95’, la familia se mudó a Bolivia, pero el sentimiento uruguayo nunca se borró de los corazones de mis primas.

En enero del 2010, Daniel vino de visita al país, y para no romper con la costumbre, sus hijas le habían hecho unos encargos. Paula siempre pide un disco o DVD de murga, en general de La Catalina, Gabriela en cambio prefiere el rock. Ese año pidió el último disco de El Cuarteto de Nos.

“¿Bipolar puede ser que se llame?” Mi tío trataba de leer uno de los papelitos que había sacado de su bolsillo. “¡Claro Danny! ¡Yo acabo de comprarlo! Tengo el póster pegado en mi cuarto, ¿no lo viste?” Le conté que a mí también me encantaba El Cuarteto y le dije que lo llevaba a comprarlo.

Después de conseguir los discos de mis primas, Daniel me acompañó en el auto rumbo a Tres Cruces.

Iba manejando por Mario Cassinoni, a la altura de Guaná, Chaná, o una de esas, (nunca sé distinguirlas bien) cuando de pronto me pareció ver una cara familiar. Bajé el vidrio del acompañante y empecé a tocar la bocina con una mano mientras saludaba con la otra. Acerqué mi cabeza a la ventana y grité: “¡Ídolo Alviiiin!” Con una sonrisa miré a mi tío y subiendo el vidrio le expliqué: “¿Ves? Ese es el baterista de la banda que nos gusta a Gabriela y a mí”. “¿Cuál?” preguntó Danny. “El Cuarteto de Nos”.

Clavé los frenos en la mitad de la calle. “¡ALVIN!” Apagué el motor, agarré la bolsa que tenía el disco y busqué una lapicera en mi cartera. Mi tío no entendía nada. “¿Qué pasó?” “Tomá, acá tenés las llaves, si tenés que mover el auto hacelo, yo ya vuelvo”. Me bajé y empecé a correr por Cassinoni para abajo.

“¡Aaaaalviiiiin! ¡Paraaá!” La gente me miraba como si estuviese loca; no los culpo. A una cuadra y media estaba mi objetivo. “¡Aaaalviiin!” Alvin miró para atrás sin comprender mucho. Cuando lo alcancé empecé a jadear. No me daba el aire para decir una oración entera. “¿Estás bien?” Mis manos sobre mis rodillas impedían que me cayera al piso. “Sí, pará, sí”. Respiré hondo y me presenté. Él me saludó con un beso y me preguntó qué pasaba.

Como si fuese un mensaje ultra importante que iba a salvar a la humanidad de ser destruida y sin parar para respirar le dije: “mi-tío-vive-en-Bolivia-y-vino-de-visita-mi-prima-es-fanática-de-ustedes-y-le-pidió-que-le-comprara-Bipolar-acá-lo-tengo-y-traje-una-lapicera-¿Podés-firmárselo-por-favor?” Alvin sonrió, y asintió con la cabeza. Rompimos el papel de regalo y el nylon que envolvía la caja del disco. Le di mi birome de gel y levantó la tapa para firmarlo. “¿Cómo se llama tu prima?” “Gabriela”. Mientras yo me arreglaba los cordones empezó firmar.

“No escribe”. Levanté mi cabeza para mirarlo y con los ojos abiertos más que nunca pregunté: “¡¿qué?!” “Que la lapicera no funciona, es de gel y el librito del disco está plastificado. Sobre esto no escribe.” Tragando saliva me puse de pie. “No te puedo creer, me quiero matar”.

Con las manos en la cabeza empecé a caminar de lado a lado. Tenía ganas de tocarle la puerta a alguien y pedir otra birome. ¿Por qué no había llevado un papel conmigo? ¿Cómo no se me ocurrió? “Perdoname Alvin, me siento una boluda”.

“¿Vos estás apurada?” Una pequeña sonrisa quiso formarse en mi cara. ¿Por qué me lo preguntaba? En verdad todavía tenía que ir a Tres Cruces. “No, no, para nada, ¿por qué?” “Porque la sala de ensayo queda a dos cuadras, si querés me acompañás y pedimos un indeleble ahí”.

Con una sonrisa de oreja a oreja empezamos a caminar hacia el norte. Yo no paraba de hablarle. Le conté todas las veces que los había ido a ver. Le dije que era amiga del hijo de uno de ellos y que una vez me había llevado a un back stage. “Igual es obvio que no te vas a acordar de mí, porque deben de ir pila de chicas a saludarlos”. También le dije iba a ir a verlos en mayo al Teatro de Verano. Creo que se alegró de conocer una fan tan fanática. O se asustó, no sé, él se mantuvo sonriente y no dejo de asentir con la cabeza.

Después de caminar unas cuadra doblamos a la derecha. Llegamos a una casa de altos, tocamos timbre y nos abrieron. Subimos la escalera. “Pasá, pasá”. No lo podía creer. ¡Estaba en la sala de ensayo de El Cuarteto! “Mirá, acá es donde tocamos”. Parecía un salón de baile, no tenía nada que ver con las salas de ensayo que había ido. Era súper luminosa y tenía una pared de espejo.

Yo me había quedado chusmeando, el baterista estaba charlando con unas personas en el mostrador. Creo que les estaba explicando lo que había pasado y les pidió un marcador. Me llamó para que le diera el disco y empezó a firmarlo. Listo. Lo tenía, era el regalo perfecto para mi prima, le iba a encantar.

“Que pena que no nos encontramos antes” Lo miré sin comprender y le pregunté por qué decía eso. “Porque estábamos los cuatro acá, yo me estaba volviendo porque el ensayo había terminado”. Hubiese sido demasiado. Nos despedimos de los que estaban trabajando y bajamos las escaleras. Me acompañó hasta el auto, saludó de nuevo a mi tío y se despidió de mí. “Suerte Sofi, un gusto”.

Atónita subí al auto y le conté todo a Danny. Él miró el disco y el autógrafo. “Qué increíble, Gabriela no lo va a creer”. Prendí el motor y puse primera. Miré hacia atrás para fijarme que no vinieran autos y pude ver la figura de Alvin por el espejo. “¡Qué tipo simpático!” Mi tío cerró el disco y entusiasta me preguntó: “¿y a ti qué te firmó?”. ¡Me caigo y no me levanto!




Acá les dejo el tema de Alvin. Lo importante es el audio. Si prefieren ver el tema en vivo den clik en el video de abajo, pero la canción no se escucha tan bien como en el video de arriba.


12 comentarios:

  1. Genia negra !! Esta en tu destino encontrarte con "famous people" por ahi, jaa.

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  2. entré aca xq vi el link chusmeando el muro de leo haberkorn, pero de paso me puse a leer. tremenda historia vo! alvin, heroe nacional jaja saludos

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  3. Me alegro chicos que les haya gustado!! En cuanto a lo que le firmó: le pedí a Gabriela que me mandara una foto del disco, espero que pueda hacerlo pronto y la pongo acá

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  4. Muy buena la anécdota! Te agregué en links, beso!

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  5. bueniiiiiisimo!!!, la verdad q lo unico q me dijo mi viejo fue q habian ido a la sala de ensayos y q los demas se habian ido, nada mas, claro esta q "olvido" decirme el resto y mas aun q se habia quedado dormido, juas, milloneeees de gracias, por si no te habia agradecido antes es q no conocia la anecdota
    besotototes y te mando la foto en breve

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  6. MÁS ALLÁ DE NO TENER ALGO FIRMADO..HABLASTE CON ÉL, CONOCISTE LA SALA DE ENSAYO Y SOS PARTE DE ESE REGALO QUE SEGURO TU PRIMA NO VA A OLVIDAR! QUÉ MÁS INDELEBLE QUE ESO SOFI????? ARRIBAAAAA!!!!! BESO GRANDE!

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  7. Muy lindo mensaje el último, muchas gracias, es cierto. Este recuerdo no se me va a borrar con nada.

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  8. sof.... buenisimo. muy vos!!!! beso enorme
    Naty Macció

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  9. naaaaaa que culo piba! jaja yo los conoci a la salida de un reci! son todos re copados pero alvin mas :D y es el q siempre nos responde todo en face

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  10. “Igual es obvio que no te vas a acordar de mí, porque deben de ir pila de chicas a saludarlos”.
    ajajaj, TAN cierto.


    que linda anécdota! me imagino tus nervios... aguante Alvin :D

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